La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo que afecta a millones de personas en todo el mundo. Si bien aún no existe una cura, la actividad física y la práctica de ejercicios adecuados pueden desempeñar un rol clave en el control de los síntomas y en la mejora de la calidad de vida. 
Según los expertos, la actividad física contribuye a mantener la movilidad, mejorar la fuerza muscular y favorecer el equilibrio, siendo estos aspectos fundamentales en el manejo de la enfermedad de Parkinson. Además, el ejercicio regular puede ayudar a aliviar síntomas como la rigidez y la lentitud en los movimientos.
Se ha observado que la práctica de ejercicio también puede mejorar funciones como el habla, la deglución, la postura, el temblor, la cognición e incluso el estado de ánimo, al reducir la depresión.
En particular, el entrenamiento en cintas rodantes o caminadoras, así como el trabajo de resistencia en piernas y ejercicios de equilibrio, han mostrado beneficios en la fortaleza muscular, la marcha y la estabilidad postural.
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No existe un único tipo de ejercicio que sea ideal para todas las personas con Parkinson. Lo más importante es elegir una actividad que resulte placentera y que pueda mantenerse de forma constante en el tiempo. Se pueden incorporar ejercicios aeróbicos así como rutinas con pesas livianas para fortalecer los músculos. Es fundamental evitar el sobreesfuerzo y los movimientos que puedan aumentar el riesgo de caídas.
Diversos estudios han evaluado y recomendado ejercicios específicos para personas con enfermedad de Parkinson. Entre ellos se encuentran:
Tai chi
Disciplina que combina movimientos suaves y controlados, contribuyendo a mejorar el equilibrio y la postura. Al fortalecer el control del centro de gravedad, puede ayudar a reducir el riesgo de caídas.
Tango
Danza que beneficia tanto el estado físico como mental, puede favorecer la coordinación con otras personas, la orientación espacial y la concentración.
Máquina andadora o elíptica
Actividad que puede contribuir a mejorar la forma de caminar o correr. La posibilidad de ajustar la velocidad e inclinación permite adaptar el ejercicio, aunque siempre se debe tener precaución para evitar caídas.
Ciclismo
Deporte que puede ayudar a mejorar la velocidad y el ritmo al caminar.
Antes de comenzar cualquier rutina de ejercicios, es fundamental consultar con un profesional de la salud para definir el plan más adecuado a sus necesidades. Cada persona es única, por lo que la supervisión profesional asegura un programa seguro y efectivo.
Bibliografía:
La información brindada se proporciona solamente con fines educativos, no pretende sustituir el asesoramiento, el diagnóstico o el tratamiento médico profesional. Siempre consulta a tu médico u otro nuevo o suspender un tratamiento existente. Habla con tu profesional médico sobre cualquier consulta que puedas tener respecto a una condición médica.
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