Tipos de tratamientos para la Enfermedad de Parkinson
La Enfermedad de Parkinson (EP) no cuenta hoy en día con una cura y, así como cada persona la experimenta de una forma diferente, los tratamientos deben adaptarse a las necesidades de cada paciente. Comprender la patología, los tipos de terapias y el trabajo continuo con los profesionales de la salud es crucial para abordar los síntomas.
La prevalencia de la enfermedad de Parkinson aumenta con la edad hasta afectar al 1% de la población mayor de 60 años.
Fuente: National Center for Biotechnology Information
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Existen dos tipos de tratamientos, farmacológicos y no farmacológicos:
Tratamientos farmacológicos
A través de la medicación se busca restablecer el contenido de dopamina en el cerebro, lo cual alentará a la mejora de los síntomas y, en consecuencia, a la calidad de vida de la persona. La elección del fármaco dependerá de diversos factores, como la edad, las características clínicas y la gravedad del Parkinson.
La mayoría de los medicamentos antiparkinsonianos proporcionan un buen control de los síntomas durante 3 a 6 años.
Fuente: National Center for Biotechnology Information
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Tratamientos no farmacológicos
Las terapias rehabilitadoras son fundamentales en el manejo de esta patología, ya que se enfocan en que la persona pueda obtener autonomía para afrontar la rutina. Entre esas terapias se destacan:
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Fisioterapia: busca mejorar la calidad de los movimientos, el control postural, la marcha y la estabilidad. Además de reducir la espasticidad, los temblores y la fatiga.
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Logopedia: realiza el diagnóstico, la rehabilitación y la prevención de los trastornos de la comunicación producidos por el avance de la enfermedad y de las funciones orofaciales y deglutorias.
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Terapia ocupacional: trabaja sobre las actividades básicas e instrumentales de la persona que favorezcan, en la medida de lo posible, su independencia.
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Psicología: aborda aspectos emocionales, cognitivos y conductuales del paciente, con el fin de reducir el impacto de los síntomas. Asimismo, apunta a favorecer la aceptación y adaptación a la enfermedad, tanto de la persona afectada como de sus familiares y cuidadores.
El tiempo desde el diagnóstico hasta la fase avanzada es variable; sin embargo, en la mayoría de los casos, pueden ser de entre 10 a 14 años. La importancia radica en observar los cambios que se producen en los síntomas a medida que avanza la patología y retrasar la aparición de los efectos más severos. Con las estrategias adecuadas y un estilo de vida saludable, es posible mejorar la calidad de vida del paciente y de su entorno familiar.
Opciones adicionales en casos de resistencia al tratamiento
En los casos aquellos casos de resistencia al tratamiento farmacológico, se pueden considerar la liberación retardada o continua de levodopa, la administración enteral de levodopa - carbidopa o técnicas de estimulación cerebral profunda para estabilizar el equilibrio de las señales cerebrales.
La importancia de un enfoque multidisciplinario
La conjunción de tratamientos y su adaptación de acuerdo a los resultados es esencial para el abordaje de la enfermedad de Parkinson (EP). Un enfoque integral y dinámico permite ajustar las terapias farmacológicas y no farmacológicas según la evolución y necesidades específicas de cada paciente.
A su vez, un programa estructurado de fisioterapia es fundamental para el manejo de la EP. A través de ejercicios diseñados específicamente, los pacientes pueden aprender a mejorar su equilibrio y marcha, lo cual es crucial dado que estas habilidades suelen verse comprometidas por la enfermedad.
Entre 1990 y 2015, la cantidad de personas con Parkinson se duplicó a más de 6,2 millones. Para 2040, se predice que ese número alcanzará los 12 millones.
Fuente: Medical News Today
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Tener una buena calidad de vida y mejorar los síntomas gracias a las terapias utilizadas es posible. Mientras tanto, la investigación sobre la enfermedad continúa en marcha con vistas a lograr una mayor comprensión y avances en el tratamiento.
La información brindada se proporciona solamente con fines educativos, no pretende sustituir el asesoramiento, el diagnóstico o el tratamiento médico profesional. Siempre consulta a tu médico u otro nuevo o suspender un tratamiento existente. Habla con tu profesional médico sobre cualquier consulta que puedas tener respecto a una condición médica.
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